domingo, 26 de febrero de 2012

Cobarde


Foto: Javi Calvo


¿Eres tú la que está detrás
escondida en los gestos de siempre?
¿Eres quién dices ser?
¿O respondes a un nombre imaginario?
¿Has sido abandonada por ti?
¿O sólo te has dejado por un tiempo?

No quieres responder, no quieres encontrarte
No quieres asomarte, de nuevo, al vértigo de ahora
¿No cederás ni un día?

Los demás, sin embargo, parece que te miran
como si aún estuvieras

Dos caras, dos sentidos
Dos herrumbres clavadas en el cuerpo
A la altura del torso
Dos latidos revueltos
Infectados

¿Eres tú la que está detrás
De la voz que conocen los pasos de tu casa?
¿Eres quién dices ser?
¿O has matado a quién fuiste?
¿Has sido relegada por ti?
¿O sólo te has dejado por un tiempo?

No quieres responder, no quieres responderte
No quieres asomarte, de nuevo, al vértigo de entonces
¿No cederás ya nunca? 

(Ester de Castro)

viernes, 17 de febrero de 2012

Libros de Canela


Foto: Javi Calvo
Entraba muy despacio
Con las botas gastadas de punteras redondas
y el pelo recogido en imposibles lazos

El olor a canela
El frío de los años en la estancia pequeña
En libros y canela convertida la infancia

Repasando las letras con los ojos inquietos
Repasando leyendas en las pastas verdosas
Esperando detrás, algo que convirtiera
los días enfangados en manzanas redondas

La quietud de los verbos
Esa quietud que une, una y otra palabra
La quietud de los verbos
Esa quietud que abraza los hilos de las cosas

El olor a canela
Libre por fin de todo, de aquello tan sombrío
Libre por fin de todo, de nudillos ajados
y negros por la herrumbre

Si volviera a esa línea
partida hace mil años
Con olor a canela y a verbos enlazados

Si volviera a esa línea
repetiría los pasos que daba cada tarde
Al espacio cerrado, con olor a canela

(Texto: Ester de Castro)

martes, 7 de febrero de 2012

Ventanas


Foto: Javi Calvo


















El recuadro enmarcado con las nubes al fondo
me abre el universo hacia tu cuerpo
al espacio cerrado que se pliega en penumbra

El lienzo de los años acumula enemigos
en las partes más frías que nunca compartimos

El marco de los nombres con que tú y yo jugamos
nos relega al vacío del que no nos conoce
al olvido profundo de la ficción que expira

La parte de los besos nos hace ser más nuestros
Yo, para ti, contigo, intrépidos colosos

La ventana de al lado sosiega las pupilas
que reflejaron antes tu dolor al morirte
en el centro del mundo de la mitad caliente

en mis silencios


                                          Ester de Castro

miércoles, 1 de febrero de 2012

La mujer de verde (microrrelato)

Foto: Javi Calvo

Cada día la veía pasar por delante del escaparate de mi tienda de regalos. Llamaba la atención por su forma elegante y decidida de andar y porque siempre, vistiera como vistiera, del color que fuera, destacaba en su indumentaria un algo verde: broche, pañuelo, pendientes o foulard: Un toque leve de ese color llamaba la atención si la mirabas. No es algo, por supuesto, de lo que uno se dé cuenta de inmediato, de un día para otro,  sino que lo aprendí fijándome en ella cada jornada, en ese instante en que se paraba ante lo expuesto en las bandejitas, tras la cristalera, que yo casi nunca cambiaba por pereza. Llegó un momento que casi me obsesioné con su presencia, y esperaba expectante a que esa chispa verde se cruzara ante mi. Una tarde, sin esperarla, entró tras la campanilla de aviso de clientes y tras un lacónico “qué tal” me dijo: “perdón, querría ver ese anillo verde de la derecha”. El anillo era rojo.
E. de Castro.